Protagonizó una de las escenas icónicas del cine mundial
Aunque nació en Suecia, toda su carrera artística la realizó en Hollywood e Italia ya que abandonó su país natal tras ganar un concurso de belleza en su natal Malmö y postular luego al Miss Universo. Al quedar entre las finalistas, su premio fue un contrato como actriz principiante (starlette) con Universal Studios.
Como estrella de Universal, recibió lecciones en drama, dicción, baile, equitación y esgrima. Ekberg dejó de asistir a muchas de clases de drama, limitándose a montar a caballo. Ekberg admitió más tarde que fue malcriada por el sistema de los estudios de Hollywood y que malgastó su tiempo en diversiones.
La combinación de un estupendo físico y su colorida vida privada como sus bien publicitados romances con galanes de Hollywood como Frank Sinatra, Tyrone Power, Yul Brynner, Errol Flynn, la convirtió en una importante figura del medio. Llegó a la industria del cine con pequeños papeles, pero al lado de grandes de la época como John Wayne, Lauren Bacall y Dean Martin.
Su momento llegaría cuando el director italiano Federico Fellini la seleccionó para el papel de Silvia en “La dolce vita”, una de sus películas más trascendentes. Ella representa a la inalcanzable mujer ideal del personaje interpretado por Marcelo Mastroianni.
La escena de Ekberg bañándose en la Fontana de Trevi en Roma junto a Mastroianni, ha sido llamada “una de las escenas más emblemáticas del cine”.
Ella era muy directa en sus entrevistas y, por ejemplo, no dudaba en mencionar a famosos que no soportaba. También fue citada con frecuencia diciendo que era Fellini quien debía su éxito a ella, no al revés: “les gustaría seguir la historia que Fellini me hizo famosa, Fellini me descubrió”, dijo en una entrevista con The New York Times en 1999.
Los dos matrimonios de Ekberg fueron con actores. Estuvo casada con Anthony Steel y con Rik van Nutter. No vivió en Suecia después de la década de 1950 y raramente visitó el país, adoptando la nacionalidad italiana en 1964. Afirmó en una entrevista que no se la volvería a ver en Suecia antes de su muerte, ya que sería sepultada allí.
En diciembre de 2011 se informó que la actriz, de 80 años de edad, era «indigente» después de que una fractura de cadera la hubiera mantenido durante tres meses en un hospital de Rimini, tiempo durante el cual le robaron las joyas y los muebles de su casa, y su villa quedó dañada en un incendio.
Anita Ekberg murió el 11 de enero de 2015 a los 83 años. Después del servicio fúnebre su cuerpo fue incinerado y sus cenizas enterradas en la iglesia del cementerio de Skanör en Suecia.