De los cines que existían, más de treinta, no queda ninguno
Da pena ver el centro de Santiago en la noche. Prostitutas, maleantes, travestis, cafiches, drogadictos y delincuencia desatada.
De los cines que existían, más de treinta, no queda ninguno; no hay teatros, tampoco restaurantes donde se pueda cenar tranquilamente.
Desaparecieron los espectáculos en vivo cuando cerró el Bim Bam Bum, antes lo había hecho el Goyescas y después el Pollo Dorado, que nos daba la posibilidad de escuchar música de nuestra tierra siempre tan olvidada.
Había boites para pecar de noche también venían figuras extranjeras. El teatro Victoria, al lado del Ópera en la calle Huérfanos, tuvo la revista completa del Folies Bergere de Paris, durante varias semanas.
El hotel Crillón nos permitía almuerzos y comidas de primera línea.
Las tiendas de ropas nos deleitaban con las modas recientes. Había radios con espectáculos en vivo y entrada gratuita. Nos visitaban artistas famosos, como Carmen Sevilla, Sarita Montiel, Mario Clavel, Louis Amstrong, Los Platers, Alberto Castillo, Alain Delon, Cantinflas, María Félix, Clark Gable y muchos más.
No hay duda que era otro país. Había vida, entretenimiento y la gente iba sin peligro a disfrutar. Hoy la realidad es absolutamente distinta.
¿No nos cree? Vaya una noche al centro de la capital y si vuelve sano y salvo, me cuenta lo que vio.
Que le vaya bien y que lo pase excelente, si es que puede.