La actriz Bo Derek tenía escasa experiencia cuando protagonizó la película de Blake Edwards y la transformó en modelo sexual en la década de los 80.
Bastaron una escena y la misma cantidad de líneas que el puntaje con el que se calificaba su perfección física, para que el actor Dudley Moore –y con él los espectadores de todo el mundo– perdiera la cabeza por esa joven que irrumpió desde entonces como el modelo femenino más inalcanzable de su generación.
Décadas más tarde, tal vez el mito de Bo Derek permanezca vivo sólo porque nació en la época correcta para que su encanto se volviera icónico. Hoy tanto ella como el célebre film de Blake Edwards serían cancelados por todas las razones imaginables, como el de imponer estándares físicos por encima de todos los demás, prestarse a la cosificación en todas sus incursiones cinematográficas, y hasta por la apropiación cultural de aquel peinado con el que se hizo famosa y que por entonces se volvió furor: las trenzas.
El estereotipo de la mujer perfecta no había sido una casualidad sino el proyecto de quien fuera su marido y mentor John Derek, actor y director, convencido que se podía crear una imagen para Hollywood. Se había empeñado en formarla, desde que se conocieron y enamoraron cuando él tenía 47 años y ella 16.
“La Mujer 10” se estrenó en salas el 5 de octubre de 1979 y ese mismo día nació el mito. Desde entonces su nombre quedó asociado para siempre al título de esa película. Se convirtió en el póster del momento, sobre todo después de que posó para la revista Playboy.
En 1981, su marido la dirigió en su primer protagónico, “Tarzán, el hombre mono”, donde dicen hasta el orangután que participó del rodaje se enamoró de la rubia al verla nadar desnuda, al punto en que no dejaba que se le acercara el actor que hacía de Tarzán. Pero el público no opinó lo mismo: ahora que estaba en el centro de la escena y tenía que actuar, además de ser perfecta,No aparecía como actriz a la altura de su belleza. Terminaron dándole el premio Golden Raspberry (el “Anti Oscar”) a la Peor Actriz.
Cuando en 1986 John Dereck tuvo su primer infarto, le hizo prometer que si llegaba a morir, sería en sus brazos. Murió en una cirugía cardíaca en 1998. Tenía 71 años y, contratodos los pronósticos, acababa de cumplir 22 años de casado con la mujer perfecta. Retirada en su rachado de California, se dedicó al cuidado de los animales y a la equitación, tema sobre el que incluso escribió un libro. Sus contadas apariciones públicas contribuyeron a mantener el mito: con el que conquistó a millones en los 80 también permanece. Férrea defensora de la necesidad de envejecer con naturalidad,se jacta de no haberse hecho ninguna cirugía estética. Así, con ese estilo relajado y la sensualidad de siempre, en 2002 se enamoró del actor y cantante de música country John Corbett. Se casaron en secreto en la Navidad del 2020, casi veinte años después de la cita a ciegas en la que se conocieron.