También han desaparecido los restaurantes que eran un punto de encuentro y un lugar de reunión, donde la conversación era la protagonista. No está “El Bosco”, epicentro de la bohemia santiaguina de los 60; ni tampoco el “Santiago Zúñiga”, en el barrio chino. Desaparecieron el “Waldorf” y “La Bahía”. Del “Pollo Dorado”, sólo queda el recuerdo. Al igual que de “Goyescas”, el “Pam Pam”, el “Saint Leger” y el “Nuria”, en ese subterráneo de la calle agustinas.
También se terminó “El Escorial”, en ese pasaje que une la calle Bandera con Morandé, muy cerca de la Alameda. El “Chez Henry” en el portal Fernández Concha y la “Posada Tarapacá” en la Avenida España; el bar restaurante del hotel City y tantos otros lugares que se cerraron silenciosamente y se llevaron, con su recuerdo, anécdotas, personajes y muchas historias de nuestro país.
Los hoteles del centro capitalino fueron desapareciendo uno a uno. El hotel Carrera, lugar emblemático por muchos años, y donde se hospedaron variados personajes como Robert Kennedy, Fidel Castro, los reyes de Suecia, Charles De Gaulle, la famosa periodista Oriana Fallaci y los artistas Alain Delon, Ava Gardner, Carmen Sevilla, Cantinflas, María Félix, y Gary Grant, entre otros. Tampoco está el hotel Crillón, que se ubicaba en calle Agustinas, lugar en que se inspiró Joaquín Edwards Bello para escribir su famosa novela “La chica del Crillón”. No están el hotel Ritz ni tampoco el Victoria. Desapareció la famosa residencial “La Florida”, lugar donde la actriz y cantante Libertad Lamarque -en un ataque de celos- se lanzó de su habitación a la calle. Cayó encima de un transeúnte y resultó ilesa. Eso les pasa sólo a los artistas.
Se fueron para siempre las boites que presentaban a las vedettes de la época, las que mostraban generosamente su físico, escondido en unas plumas. Ya no están la taberna “Capri”, “El Bodegón”, el “Mon Bijou”, el “Violín Gitano”, el “Night and Day” y el “Tap Room” de aquellos años de bohemia inolvidable. No queda ninguno de los teatros que albergan actores y decorados que no volverán. El “Petit Rex”, con la compañía de los cuatro de los hermanos Duvauchelle; el Maru, con Lucho Córdoba y Olvido Leguía; y el Moneda, con Américo Vargas y Pury Durante. La compañía de Susana Bouquet o la de Silvia Piñeiro, el teatro Opera donde funcionaba el “Bim Bam Bum” y tantos otros que bajaron el telón para siempre.
El centro capitalino ha cambiado totalmente. El mundo también es otro. El pasado quedó dibujado, para siempre, en un paisaje que tiende a desaparecer. Nada se puede hacer. No cabe duda que algo se nos fue y es imposible recuperarlo. Como muchas cosas.
Está bueno el cilantro, pero no tanto… por Alfredo Lamadrid
Si somos francos y sinceros, el dicho popular calza con la migración a nuestro país. Siempre hemos sido humanistas y hemos acogido con afecto y generosidad a quien quiere vivir en nuestra tierra…
¿Hasta cuándo discutimos en un país, donde es necesario crecer y construir?… por Alfredo Lamadrid
Para los que somos unos simples ciudadanos, resulta imposible entender las peleas de los políticos y de los que deciden, dónde encontrar el camino para el desarrollo de nuestra querida patria.
La tarea de los políticos… por Alfredo Lamadrid
Los que integran esa clase, tan desprestigiada en nuestro país, son los llamados a mejorar la situación que vivimos. No son pocos los problemas que enfrentamos, desgraciadamente…
Los increíbles olvidos de la justicia en Chile
¿Dónde están los alcaldes que fueron denunciados por posibles manejos incorrectos de dinero, en su gestión? ¿En qué va esa investigación?
Yo más que tú… por Alfredo Lamadrid
Esto viene del tiempo en que nos sentimos “los jaguares de América”. En pocas palabras, nos creímos más de lo que realmente éramos…
¿Para dónde vamos?… por Alfredo Lamadrid
Muchos habitantes de nuestro país, se preguntan lo mismo. Nadie entiende bien qué pasa qué hay tanto desencuentro y algo de odio..
Que pena que lugares emblemáticos de la historia de Santiago de Chile desaparezcan, y peor aún no se les recuerde no mencioné.