Y eso que alguna vez se declaró “adicto al sexo”.
El hijo de una leyenda del cine como fue Kirk Douglas, Michael Douglas, acaba de cumplir 80 años entrando así a la edad dorada y con una carrera repleta de éxitos. Ganó dos premios Oscar y cinco Globo de Oro en una trayectoria que se inició en 1977 con la serie de TV “Las calles de San Francisco”.
Además, su nuevo cumpleaños lo celebra junto a su mujer desde hace 25 años la también estrella de Hollywood Catherine Zeta-Jones, y que por coincidencia nació en el mismo día aunque dos décadas más tarde. cumplió 55.
Pese a que estuvieron separados un tiempo por un tiempo (ella se trató una bipolaridad y Michael su reconocida adicción al sexo), llevan una vida muy estable junto a sus tres hijos (el mayor, Cameron, es fruto de unas anterior del actor y productor).
Hace unos meses, Michael y Catherine decidieron poner en venta su casa de Nueva York por 12 millones de dólares una vez que sus hijos, de 21 y 23 años, han emprendido sus vidas de manera independiente. La idea de la pareja es pasar tiempo tanto en Bermudas, donde cuentan con una casa, como en Europa.
Aunque desde que decidieron marcharse de Nueva York no se han establecido de manera definitiva en ninguna otra residencia, parece que Londres es ahora su base para moverse por Europa. Allí tienen un apartamento en el Palacio de St. James, muy cerca de donde viven el rey Carlos III, la reina Camilla y la princesa Ana. En este recinto se alquilan apartamentos de lujo desde 2015 y como es de esperar cuenta con un preciso sistema de seguridad y privacidad. La propia Catherine ha declarado que es una gran fan de la reina Camilla, a la que conoció en un almuerzo en Nueva York años antes de convertirse en reina. “Lo que ves de Camilla, es lo que hay”, dijo entonces,
En su tiempo libre, a Michael y Catherine les gusta jugar al golf y salir a navegar en su yate de 45 metros de eslora y que tiene atracado en Mallorca. Aunque la isla balear es su refugio, también les gusta recorrer otros lugares de España, como el sur del país, donde se sienten como en casa.
Sus hijos en común, Dylan y Carys, pasan también las vacaciones con ellos. A la familia le gusta hacer viajes juntos y es una forma de mantener a los jóvenes cerca de sus padres. Hace un año, en Navidad, pasaron cinco semanas viajando juntos por la India.