La exposición prolongada y directa al calor puede causar diversas reacciones en el organismo, las que pueden ser combatidas con cuidados básicos como evitar ciertos horarios para realizar actividades al aire libre, una buena hidratación y alimentación, el uso de protector solar, entre otras.
De acuerdo a especialistas médicos de la Universidad de Chile, para prevenir que la salud se vea afectada por el calor, lo más importante es no exponerse a las altas temperaturas. Sin embargo si es de obligación hacerlo, se debe tratar de dejar lo más mínimo posible expuesto del cuerpo. Usar ropa holgada, pero que cubra gran extensión de la piel. Y aquellas zonas que no se pueden cubrir, como la cara y las manos, usar protección solar, factor solar sobre 30 y repetirlo cada tres horas.
Se recomienda evitar la exposición al sol, principalmente entre las doce del día y las seis de la tarde, ya que se concentran las temperaturas más altas. Además, se sugiere el consumo de por lo menos dos litros de agua al día para evitar la deshidratación y sus síntomas asociados, junto a intentar permanecer en lugares con temperaturas más controladas.
Es importante también preocuparse por las personas que tienen alguna condición médica crónica y de todos los grupos de vulnerabilidad. Hay que estar muy atentos a cualquier cosa que esos pacientes puedan empezar a sufrir, porque no van a ser capaces de avisar ni de manifestar lo que les sucede, por lo tanto, se van a complicar.