por Andre Jouffé
Si hubiera que ironizar sobre el Chile de hoy, puede que masculinizando el título de la antigua teleserie “Betty la Fea”, calce con nuestra situación.
El peor Festival de Viña en muchos años, con playback, bajadas de último minuto y la Concha a medio copar, cosa jamás vista en este acontecimiento que en el pasado se comparara al de San Remo o Eurovisión (sin humor de por medio en Europa)
El “Libre” de Bigote Arrocet en 1974 creo que fue lo peor ocurrido en el litoral central. Si lo hizo por chantaje o por gusto, nunca quedó claro, pero Nicolás Luco hijo, de cuyo padre Gabriela Velasco fue pareja, opina lo segundo.
En otro plano, la imparcialidad y rectitud de los réferis quedó en entredicho con la actuación de Nicolás Gamboa en el encuentro de Audax Italiano y Universidad Católica donde se dará el insólito hecho que un jugador cruzado declarará a favor de un audino expulsado en el encuentro. La Asociación Nacional de Futbol Profesional, su dirigencia, sus árbitros, su selección, están en entredicho y en el ojo del huracán.
Mencionamos estos hechos tangenciales por cuanto es el reflejo de este país que al contrario de la serie donde la protagonista se convierte de sapo en princesa, aquí no se ve arreglo posible.
Acusaciones cruzadas entre políticos opositores, funcionarios de gobierno -no de un lado a otro, sino del mismo costal-, tratan de explicar lo injustificable en un verano violento cuyas temperaturas habían sido anunciadas con antelación.
La aparición de pirómanos se encuentra en la premisa de Marco Antonio de la Parra -se le quiera o aborrezca-, que Chile es un país enfermo.
Tanto que pasa por alto las evidencias cada vez más fehacientes del primer Premio Nobel Asesinado, Pablo Neruda. Patético
Lo más curioso es que la elite sigue flotando en espuma, ajena al acontecer. Quienes podrían aportar más recursos en todas las áreas en crisis miran hacia las cristalinas aguas del Bósforo o del Caribe.
La sensación es que estamos embarcados en un viaje a ninguna parte, y la o el Betty, en un mundo menos binario, es la estrella.
Voy a cerrar con algo más optimista.
En los años noventa, Carlos Caszely y Vladimiro Mímica visitaron al Cóndor Rojas en su casa. Fue una noche, y al parecer que cenaron como amigos. Salió el tema una vez más sobre la bengala y el arquero juró sobre la tumba de su madre que jamás hubo intención de hacerse la herida.
Más tarde por la radio, de paso comentaron los dichos del Cóndor. A las seis de la mañana, Carlos llama a Vladimiro: Te vas a morir, el titular de la Tercera de hoy, Cóndor Rojas reconoce farsa de la bengala.
Ambos se quieran morir, horas antes habían afirmado de la mejor fuente que todo era mentira. Así es la vida.
