La estafa entre hermanos
La señora Lela abrumada le confidencia a la prima: “Es increíble lo que hizo Francisco con su hermano Eduardo”. “No sé de quienes estás hablando”, la interrumpe la prima. “De los Frei. No sabes que Francisco estafó a Eduardo, que es su hermano y que fue Presidente de este país”. La prima la interrumpe espantada: “Los hijos de Don Eduardo Freí Montalva y de la señora María Ruiz-Tagle?“. La señora Lela, la mira y le agrega: “Exactamente, aunque te cueste creerlo. Así son las cosas. ¿Qué habría dicho Don Eduardo de esta lamentable situación? Yo creo que él no habría podido creerlo ni aceptarlo“.
La prima sorprendida le señala: “Esto no tiene nombre”. “Si tiene“, le replica la señora Lela, “este es el reino del dinero, donde lo único que importa es la plata, pasando por encima de todo y de cualquier valor o principio”. La prima resignada le afirma “¿sabes que tienes razón?” y la señora Lela le concluye: “Desgraciadamente, estamos en un tiempos tales, que tanto tienes pues tanto vales“. El silencio inunda el ambiente.
Hechos no palabras
“No hay duda que las demoliciones de las casas narco tiene desconcertados a los políticos, que están acostumbrados a integrar mesas de diálogo que avanzan muy lentamente, si es que avanzan“, dice la señora Lela convencida.
“Tienes toda la razón. Está bueno ya de palabras, hay que pasar a la acción“, le replica la prima y la señora Lela la interrumpe: “¿Hasta cuándo vamos a esperar que se tomen medidas efectivas contra los narcos?”. Ambas se dan la mano y reafirman su coincidencia.
Más autoridad a Carabineros
“Si Carabineros tuvieran más autoridad y más respaldo que el que tiene en la actualidad, la lucha contra la delincuencia y el narco sería más eficiente y con más resultados. ¿Quién no se da cuenta de eso?”, dice la prima con decisión.
“Es que aquí siempre le buscan la cola al gato”, le responde la señora Lela y añade: “¿Por qué no se actúa? Porque hay temores de equivocarse, ideologías del año del rey Perico y por muchas cosas más, terminan hablando más que haciendo“ La prima le contesta: “Lo único que quieren los parlamentarios es ser reelegidos, los políticos llegar al Parlamento o a un Ministerio o a un puesto importante y todo lo demás vale callampa”. Las dos se ríen y se resignan.
