Los trastornos del estado de ánimo, como la depresión y la ansiedad, tienen casi el doble de prevalencia en mujeres y están íntimamente relacionados con el estrés. Considerando esta brecha, investigadoras e investigadores de la Facultad de Ciencias Químicas y Farmacéuticas de la Universidad de Chile desarrollaron un estudio en ratas que comprobó diferencias en las respuestas de susceptibilidad y/o resiliencia, según el sexo
Investigadores e investigadoras de la Facultad de Ciencias Químicas y Farmacéuticas de la Universidad de Chile lograron confirmar la existencia de diferencias en las respuestas al estrés crónico (CS) según el sexo, además de diferencias basales cognitivas, un trabajo publicado en la revista Neurobiology of Stress. Los hallazgos fueron realizados gracias a la observación del comportamiento de ratas hembras y machos ante la exposición de un mismo estímulo estresante, un fenómeno que puede ser clave para mejorar las terapias e intervenciones en pacientes con trastornos neuropsiquiátricos.
De acuerdo a datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), cerca de 208 millones de personas padecen depresión a nivel mundial. En el caso de Chile, el Centro de Estudios de Conflicto y Cohesión Social (COES) indicó que durante el 2021, el 27% de las mujeres presentaron síntomas depresivos moderados a severos, mientras que los hombres alcanzaron un 9,6%. Es en este contexto que el estudio liderado por la bioquímica y profesora del Departamento de Bioquímica y Biología Molecular de la U. de Chile, Jenny Fiedler, plantea algunas respuestas sobre las particularidades de los trastornos del ánimo en hombres y mujeres.
“Sabemos que los hombres y mujeres nos enfrentamos a estresores diarios (…) y cómo nuestro cerebro codifica esos estresores y cómo responde, al parecer, según los datos que hemos obtenido, es distinto entre machos y hembras, y eso de ninguna manera puede predisponer a ciertas patologías neuropsiquiátricas”. Desde el punto de vista biológico, se atribuye comúnmente a la producción de hormonas sexuales la diferenciación entre hombres y mujeres. Sin embargo, para Fiedler estas diferencias basales observadas pueden estar relacionadas con algo más allá de la producción hormonal, siendo el verdadero trasfondo aún un objeto de estudio.