Su cierre fue el comienzo del fin de la vida nocturna en el centro de Santiago
En la calle Huérfanos, a metros de San Antonio, estaba el teatro Ópera y en ese recinto funcionaba el recordado Bim Bam Bum.
Una compañía de revistas frívolas que alegraba nuestra capital. En ese escenario, se lució Nélida Lobato, que posteriormente fuera contratada en Paris. También brilló Xenia Monty, primera estrella del Folies Bergere de Francia que se encantó tanto con el vino chileno que una vez la tuvieron que sacar en andas del Bosco.
En ese teatro desplegó su femineidad Coccinelle, primer hombre que se convirtió en mujer, según la propaganda. La argentina Ethel Rojo y tantas otras bellezas de aquellos años. Las chilenas no se quedaban atrás con la Pitica Ubilla, Taty Segura o Wendy, que sufriera posteriormente un lamentable accidente que la dejó en silla de ruedas. También se atrevieron las actrices, que con poca ropa lucieron se atractivo físico, como Peggy Cordero.
Lo que atraía mucho público, era el humor. Manolo González comandaba, junto a Eugenio Retes, este batallón de la risa que integraban Iris Del Valle (La Pela), Chito Morales, Gastón Moreno, Gabriel Araya y Ernesto Ruiz, entre otros. En el Bim Bam Bum, debutó Coco Legrand, que después fuera primera figura del humor de nuestro país.
Un día cualquiera, esta compañía cerró sus puertas, abrumada por el toque de queda que se extendió por muchos años en nuestro país. Con el cierre de este centro de alegría y diversión, empezó la caída de la calle Huérfanos. Después, desaparecieron los cines, las tiendas de vestir y los restaurantes.
De todo eso solo queda el recuerdo, aunque se dice que en las madrugadas todavía se escucha la alegre música del Bim Bam Bum, que contrasta con el ritmo acelerado de una sociedad que solo vibra con el dinero y el éxito, sin dejar paso a la magia y la fantasía de un bello espectáculo popular.