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Se acaba el pasado

Se acaba el pasado

Con cierta sorpresa leí que después de 70 años, terminó el Teatro Azares, ex Cine Regina, ubicado en Avda. Vicuña Mackenna 602. El cine de barrio Regina ocupa gran parte de mi adolescencia, ya que a esa sala concurríamos semanalmente todos los amigos del sector. Ahí fue donde tratábamos de fumar a escondidas en la última fila ( la de los cocheros).Ahí fue donde empezaron nuestros primeros pololeos. Ahí fue donde le gritábamos al operador “ ya pus ojo “, cuando se cortaba la película y se suspendía la proyección. En esa pantalla admiramos a Brigitte Bardot o soñamos con los bellos ojos de Elizabeth Taylor. Nos divertimos con los dibujos animados de Tom y Jerry o nos sorprendimos con las aventuras de Tarzán. Cuántas funciones populares, con dos películas por el precio de una, vivimos en esa sala!. Recuerdo que cuándo se ofreció “Rebelde sin Causa” y “Al Este del Paraíso” juntas, hubo más peleas y riñas que nunca, ya que todos nos creíamos James Dean, aquel joven incomprendido que se revelaba contra la sociedad y lo establecido.
Y así suma y sigue, vivimos en el Regina la emoción y el talento del cine con “Un hombre y una mujer” de Claude Lelouch o la comedia disparatada con las piruetas del divertido Cantinflas, pero además vivimos una etapa inolvidable de nuestras vidas donde la esperanza de triunfar e imponernos en nuestra existencia era fundamental.
Todo se terminó, todo quedó atrás y mientras más pasa la vida, vamos quedando atrás nosotros, aunque no nos demos cuenta.
El cine Regina desaparece y con ello una parte importante de nuestra existencia donde hubo amigos de los que no supimos nunca más y situaciones que se borraron para siempre.

El pasado se acaba, como se acaba todo en la vida sin que nada ni nadie pueda evitarlo.

Alfredo Lamadrid B.

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